Imagina nuestra salud representada como una cadena. ¿Sabes en dónde es más probable romperla?... efectivamente, se rompe en el eslabón más débil. Nuestra vida y existencia es como esa misma cadena que imaginaste, todos nuestro órganos tienen una compleja conexión y por su puesto que nuestros pensamientos también repercuten directamente en la salud. Pero la cosa no para ahí, también nuestros pensamientos y programas mentales tienen una herencia emocional compleja de nuestros padres, abuelos y varias generaciones atrás!!!. Heredamos experiencias que producen anclajes energéticos y anclajes mentales en nuestro mundo interior. Necesitamos desprendernos de esos anclajes del árbol genealógico para lograr unirnos a la energía creadora. en las tres, áreas de una persona; ALMA, ESPÍRITU Y CUERPO.